Mi empresa se toma en serio lo de intentar que haya un buen ambiente en el trabajo y por ello todos los años hace la encuesta de “clima laboral”: Se trata de una batería de preguntas agrupadas en varias categorías y a las que se responde de forma anónima, cuyo objetivo es medir si los empleados están identificados con la empresa, si hay buena colaboración entre departamentos y en definitiva, si los empleados están contentos. Al final el resultado de la encuesta se cuantifica y se lanza una conclusión general del estilo “el clima en la empresa es de X puntos sobre 100”.

Por una parte, no parece fácil cuantificar con un número algo tan abstracto y emocional como el ambiente que se respira en una empresa. ¿Se puede cuantificar si hoy estoy 47 puntos de contento? ¿o son 48 puntos? También hay que ver la redacción de las preguntas que se incluyen en la encuesta, o la inclusión de preguntas un poco capciosas como si te consideras bien pagado. Yo a esa siempre respondo que no, no vaya a ser que salga que todos estamos contentísimos con nuestro salario y se interprete que renunciamos a subidas de sueldo en los próximos 15 años…

En cualquier caso, hay profesionales especializados en hacer este tipo de encuestas y estoy seguro de que la metodología que utilizan es la adecuada, y yo aplaudo el esfuerzo que se hace en las empresas por intentar conocer de una manera lo más científica y neutral posible cómo es el clima laboral que se respira en la compañía.

Para lo que sí que sirven estas encuestas es para detectar cambios o tendencias, y sobre todo, para comparar. Se comparan los resultados de un departamento con otro, se comparan los resultados de este año con el anterior, etc. Y eso sí que creo que da información útil. No sé si este año estoy 47 puntos de contento o si son 48, pero si el año anterior estaba en 80 puntos de contento, algo ha pasado este año que debe hacer reflexionar a la empresa.

Las comparaciones, como ya se sabe, siempre son odiosas. Y es que hay grupos que suelen salir bien, y otros que salen peor. Y en el grupo en el que la encuesta ha salido peor, se tiende a buscar justificaciones como que hay un empleado conflictivo que es el que crea el mal ambiente, o se mira a la última anécdota de la empresa: claro, como tardan un montón en arreglar la máquina de café cuando se estropea, la gente está descontenta.

Y después se ponen en marcha, con toda la mejor intención del mundo, planes de acción para mejorar el clima laboral especialmente en aquellas áreas donde no haya salido bien. Yo personalmente confío poco en esos planes de acción: En todos los grupos en los que he estado y donde el clima laboral era excelente, nunca existió un plan para hacer bueno el clima. Era algo que salía espontaneo, de forma natural, y que en mi opinión depende de muchos factores. Si la empresa va bien, los resultados son buenos y todo el mundo cobra generesos incentivos, es más fácil que el clima laboral sea bueno y que reine el optimismo. Si un grupo lleva trabajando mucho tiempo junto, también es normal que se creen lazos de amistad y confianza entre ellos lo que acaba redundando en un mejor clima laboral.

Y también creo que es muy importante el papel que juega el jefe en como sea el clima laboral. Si el jefe es colaborador con otros departamentos, su equipo también lo acabará siendo; si el jefe está identificado con la empresa, algo se pegará a sus colaboradores seguro. Siempre he pensado que los equipos se acaban pareciendo a quien les dirige, un poco como la broma esa de que los perros se parecen a sus dueños.

Creo que para mejorar el clima laboral en un grupo o departamento lo mejor que puede hacer un jefe es acercarse más a su equipo, dándoles toda la autonomía y confianza posible en su día a día, o con pequeños gestos como salir de su despacho si quiere tratar algún tema con un colaborador en lugar de llamarle a él, preguntar el lunes por el fin de semana… porque el buen clima laboral, igual que decíamos del liderazgo está en los pequeños detalles. Y ser consciente de que aunque solo sea por afán de agradarle, tarde o temprano su equipo acabará comportándose como él.

Y desde la perspectiva de la empresa, la transparencia y la buena comunicación con los empleados es fundamental. Si el empleado no se fía de la empresa y piensa que continuamente le están ocultando, es dificil que haya confianza y buen clima.