Todo el mundo piensa alguna vez en cómo sería ahora tu vida si en aquel momento de tu pasado hubieras tomado otra decisión distinta a la que tomaste. Ojalá se pudiera viajar en el tiempo y volver al pasado para revisar algunas de tus decisiones una vez que sabes lo que iba a ocurrir. De nada vale lamentarse ahora, pero es verdad que de todo se aprende y aunque eso de dar consejos no me gusta mucho porque las circunstancia de cada uno son diferentes y lo que vale para ti puede no valer para otros, sí me atrevo a dar algún consejo a mi yo de veintipocos años, cuando, recién terminada la universidad me enfrentaba por primera vez al mercado laboral.
Mi primer consejo sería que aprovechara todo lo posible los primeros años de carrera profesional para probar a intentar muchas cosas, y que desarrollara lo más posible el sentido de la curiosidad. Cambiar de empresa o cambiar de ocupación en la misma empresa es una fuente de aprendizaje impagable. Te permite conocer personas y acumular experiencias que seguro que resultarán útiles más adelante. Esta curiosidad siempre es deseable, pero es cierto que a medida que cumples años adquieres una serie de compromisos y obligaciones a nivel personal o alcanzas un status a nivel profesional que da cierto vértigo arriesgar y eso lleva a ser un poco más reacio a cualquier cambio. Sin embargo, cuando empiezas a trabajar no suele haber nada que te limite a la hora de probar nuevas experiencias profesionales. Hay que aprovechar.
Otro consejo relacionado con el anterior es probar experiencias laborales en el extranjero. En un mundo cada vez más interconectado y global, donde tu jefe, tus proveedores y tus clientes pueden estar cada uno en un continente distinto, adquirir esa experiencia internacional se me antoja de suma importancia. Cada vez hay más gente que elige estudiar masters o cursos de postgrado internacionales, pero creo que lo que realmente te enseña es vivir y trabajar una buena temporada en otro país, aprendiendo idiomas y formas y culturas distintas de trabajo. Eso a mí lamentablemente me quedó pendiente.
Un tercer consejo: no perder nunca el interés por la formación. Hoy en día, quien no pasa tiempo formándose, ya sea de forma reglada o de una manera más autodidacta, está condenado al estancamiento (y al aburrimiento) laboral. El entorno evoluciona a velocidad de vértigo y si nosotros no aprendemos y aún más rápido, perderemos empleabilidad y valor en el mercado laboral. Pensar que tras aprobar la última asignatura de la carrera no vas a volver a tocar un libro en el resto de tu vida es un gran error. O si no un libro, al menos hay que leer con frecuencia una buena colección de artículos de los expertos en aquello a lo que te dediques. Una de las ventajas de la era digital es que el conocimiento se halla al alcance de cualquiera y a un solo click de ratón de distancia. Es de tontos no aprovecharse de ello.
Un último consejo: sé buena persona y busca siempre llevarte bien con todo el mundo, aunque solo sea por puro egoísmo porque nunca sabes si el becario que te pone la empresa para ayudarte no acabará siendo algún día tu jefe o el responsable de las decisiones de compra de tu mejor cliente. Además, una buena persona trae de serie alguna de las cualidades más buscadas por las empresas: integridad, compromiso, espíritu colaborativo, capacidad para crear buen ambienta laboral… Todavía hay quien piensa que para llegar lejos en la empresa hay que ser un trepa y no tener muchos escrúpulos a la hora de enfrentarse a situaciones complicadas. Si en tu empresa se premia ese perfil, mejor cambia de empresa.
Y este sería a grandes rasgos los puntos más principales que he aprendido a lo largo de muchos años de experiencia laboral y que, si pudiera, me recordaría a mi yo de hace 25 años. Son más soft skills que hard skills porque las competencias hard se pueden adquirir en cualquier momento y muchas veces te vienen impuestas externamente. Pero la curiosidad, la amplitud de miras, la ganas de mantenerse siempre formado o la empatía hacia los demás son las que te convierten finalmente en un mejor profesional y sobre todo, en una persona más feliz.