¿No estás un poco harto de que tus compañeros y clientes te feliciten por tus aportaciones y que tu jefe siga como si nada?

No eres para nada el únic@

La sensación de sentirse mal valorado por los jefes es un problema recurrente en el trabajo, y España no es una excepción. En una encuesta realizada por Adecco, 6 de cada 10 trabajadores españoles considera que su trabajo no es valorado por su jefe o por su empresa.

Que tu trabajo no sea valorado, dicen, incluye la falta de reconocimiento de tu esfuerzo y de tus resultados, la falta de comunicación y feedback por parte de tu jefe y la ausencia de oportunidades de desarrollo y crecimiento.

Pero aún hay más.

Infojobs en su estudio “Salarios en España 2021” afirma que 3 de cada 10 trabajadores españoles considera que su salario no está en línea con su nivel de responsabilidad y trabajo.

Ni nos dan las gracias ni nos pagan como merecemos, Aunque sí lo hagan con otros

¿Te suena?

El que puede, huye del jefe que no le valora

Según el INE, la friolera de 1,1 millones de españoles han dejado voluntariamente su empleo durante 2022. Casi el doble que en 2014. Y todo por la falta de valoración del jefe y/o la falta de oportunidades de crecimiento, por conflictos con el jefe o por insatisfacción con el salario.

Por H o por B, sentir que tu jefe no te trata como tú crees merecer es una de las cosas que más afecta a tu insatisfacción con tu trabajo y con tu empresa.

Lastima tu ego.

Pero sobre todo te atasca en una creencia errónea: El pensar que quien no tienen la valoración de su jefe está completamente atascado

Pues eso era antes.

Hoy puedes (y debes) seguir adelante sin su apoyo

Por dos motivos:

  • Uno, porque está estadísticamente demostrado que es difícil hacer cambiar de opinión a tu jefe
  • Y dos, porque puedes. Tu carrera es solo tuya. Y hoy contamos con muchas más herramientas, ergo posibilidades, para avanzar por tu cuenta.

Eso sí, lo primero es que te lo creas.

Que dejes de cabrearte y comiences a ocuparte. Controlando lo que puedes controlar: tu mentalidad y tus acciones.

Deja de pensar que estás topado. Estás ante una nueva estrategia.

Estamos educados para pensar que es el jefe quien tiene la sartén por el mango. Pero hoy eso ya no es así.

Solo que tú no estás acostumbrado a creértelo.

Asume el mando, centrándote en lo que tú puedes cambiar

Asume que es tu mentalidad y tus acciones, y no las de tu jefe, la que te llevan o no adónde quieres ir.

Puedes elegir quejarte o puede elegir encontrar otras formas de ser visible. Siempre puedes hacerlo, sean cuales sean tus circunstancias.

Lo primero es lo primero. Tú continúa trabajando para tu jefe sin dejar de esforzarte por superar su expectativas, manteniendo abiertas las líneas de comunicación y si puedes tu sonrisa. No dejes de ser un miembro positivo y comprometido del equipo.

Pero, al mismo tiempo y con la misma energía, puedes enfocarte en tus objetivos profesionales y comenzar a dar pasos sin él o ella.

Replantea, sin contar con tu jefe, tus objetivos profesionales

Pregúntate: ¿Qué quiero hacer? ¿Por qué quiero ser conocido? ¿Qué habilidades quiero/necesito adquirir? ¿qué salario y qué responsabilidades creo que puedo alcanzar? ¿Qué me gustaría probar? ¿Con qué tipo de gente me gustaría trabajar?…

Y, como gran cambio de chip, preguntante:  ¿Dónde y contando qué necesito ser visible para dirigirme hacia ese lugar al que quiero ir?

Las preguntas son necesarias. Pero no suficientes. Necesitas asignar acciones inmediatas a cada una. Y priorizarlas. Esta será tu hoja de ruta. Recuerda que ahora eres el conductor 😊

Abre el foco e identifica qué otras personas podrían ayudarte

Estamos en la era de las redes, de la colaboración, de la inteligencia colectiva. ¡Aprovéchalas!

Si tu jefe no te ayuda, que le den.

Hay más gente que puede ayudarte.

Busca compañeros, otros jefes en tu empresa o gente fuera de ella. Los conozcas en persona o no, tú conecta con ellos. Envíales una invitación en LinkedIn o una propuesta para tomar un café.

Pídeles que te cuenten cómo ejercitaron determinada habilidad y cómo llegaron a dónde ahora están. Interésate por sus historias, por sus publicaciones y actividades. Pide consejo (nunca pidas trabajo) y cultiva estas nuevas relaciones de manera proactiva.  Tú puedes contarles lo que haces, lo que avanzas y lo que aprendes. No todos te valorarán como esperas,  pero seguro que casi todos te dan pistas para aumentar tu valor.

No dejes de desarrollar tu red, compartiendo tus intenciones (de esto va lo de ser visible) y explorando ideas, oportunidades y conversaciones que puedan ayudarte a sentar las bases de lo que quieres hacer a continuación.

Busca un padrino

Sé que suena más estética la palabra mentor, pero tú lo entenderás mejor si te digo que de lo que se trata es de identificar a quién le podría gustar lo que intentas y pedirle que te aconseje y te ayude.

Hazte una lista de los posibles padrinos y contáctales con honestidad, siendo claro sobre lo que pretendes. Pídeles en primer lugar su opinión. Es buena idea ir con tus pequeños o grandes logros en la mano. Y mejor aún, transmitiendo a raudales tus ganas y lo que estás haciendo por el nuevo camino que estás emprendiendo. Nadie ayuda a quien aún solo está pensando ni tampoco a quien ve arrastrar los pies.

No olvides a los antiguos jefes y compañeros. Retoma el contacto con quien, en su día, creyó en ti y te valoró como creías merecer.

Está demostrado que se puede avanzar sin contar con tu jefe

Que jode que tu jefe no te apoye, jode.

Pero…

Quien no está no hace falta, como diría mi abuela.

Cuando aprendes a pasar de quien no te quiere, te desatascas.

Yo avancé cuando aprendí a reprogramarme. Cuando me liberé ese lastre que es que tu carrera dependa de lo que piensa o deja de pensar de ti tu no siempre objetivo y desinteresado jef@.

Es esencial que conozcas tu valor, incluso cuando nadie a tu alrededor lo haga.

Además, los jefes van y vienen, pero tu carrera es tuya para siempre.

No permitas que el comportamiento de otra persona condicione ni tus acciones ni tus sentimientos.

Nunca.

@vcnocito