Cuando piensas en un superhéroe te viene a la cabeza un tipo normalmente huraño y oscuro, enfundado en un traje ajustado con el marca hasta los músculos de las pestañas (o a veces, sin traje, para enseñar mejor esos poderosos músculos) y que suele arreglar los conflictos a puñetazos porque no es posible tener talante y dialogar cuando tienes enfrente al Joker o a Lex Luthor. Sin embargo, hay muchas personas a las que sin recurrir a esos trajes o a las espectaculares peleas llenas de efectos especiales, podemos llamar héroes.

Oyes hablar de gente con unas historias de superación increíbles que entrarían de lleno dentro de esta categoría de superhéroes. Otras personas acaban saliendo en los periódicos sin tampoco hacer nada muy especial, pero eso sí, llamativo, original y bondadoso, como el profesor de Derecho de Acapulco (México) que daba clases mientras sostenía  en brazos al bebé de una alumna  porque veía que la joven no podía coger apuntes con el niño junto a ella (aquí hay dos superhéroes, el profesor y la alumna que continuó sus estudios a pesar de no tener más remedio que llevar el bebé a clase), o ese doctor que, por cierto, sí lleva capa  porque se disfraza de superhéroe para atender a niños con cáncer que pasan mucho tiempo internados en un hospital.

Pero tampoco hay que irse tan lejos. Me quedo con gente aun más normal, de los que hay en cualquier oficina, que seguramente te pasen desapercibidos si solo estás un rato con ellos, pero que tienen algo especial, algún superpoder que les hace ser diferentes, destacar y ser dignos de admiración. Me refiero a esos que tienen el superpoder de la sabiduría infinita, porque tienen una respuesta coherente para cualquier cosa que necesites consultarle, al que posee el superpoder del buen humor eterno y siempre te atiende con una sonrisa y además acaba la frase con algún comentario que consigue sacarte a ti otra sonrisa, o el compañero  superfiable, que es el que pase lo que pase cumple con aquello a lo que se había comprometido. Son personas a las que hay que valorar y que son imprescindibles en cualquier grupo de trabajo.

Y luego está una categoría TOP de superhéroes sin capa, que son aquellos que son capaces de reinventarse bien para adaptarse a alguna adversidad laboral o simplemente, para salir de su zona de confort. Personas que montan un negocio exitoso tras ser despedidos de su empresa, o los que emplean su dinero y su tiempo libre en formarse para poder optar a proyectos laborales más interesantes, o los llamados “knowmads”, los nómadas del conocimiento, que tienen una capacidad de innovar y una flexibilidad sobrenaturales para adaptarse a entornos tan cambiantes como los actuales.

Pero sabemos que en realidad estos superhéroes no tienen ningún superpoder. No vienen de ninguna lejana galaxia ni les picó de pequeños un bicho radiactivo. Lo que tienen es una actitud y una mentalidad especiales que les empuja a intentar no aburrirse en el trabajo haciendo siempre lo mismo y a buscar mejorar en su día a día. La buena noticia es que las nuevas tecnologías te ponen más fácil que nunca convertirte en un superhéroe, porque traen a tu alcance una enorme oferta de formación online, de herramientas colaborativas o de posibilidad de expandir tu negocio a cualquier parte del mundo. Así que si de niño soñabas con ser un superhéroe, quizá ahora no estés tan lejos de cumplir ese sueño. Es sobre todo una cuestión de actitud.