Tengo por práctica habitual enviar mensajes agradeciendo el apoyo a quienes me ayudan a difundir cada post que escribo. Dependiendo del esfuerzo realizado envío mensajes individualizados o me decanto por un “gracias” colectivo. En estas estaba cuando mi amiga virtual Marga Reig respondió a mi tuit de “gracias por tu apoyo” con un disruptivo “¿A cuánto lo pagas?”. Interesante pregunta que prometí contestar con un post y que me permite reflexionar sobre cómo agradezco la ayuda que me prestan los demás. Porque lo hagas como lo hagas, siempre se puede hacer más….

Lo primero que me viene a la cabeza es que un “gracias” es lo mínimo. Al menos lo es para mí, aunque tal vez haya una parte de la humanidad que lo tenga un tanto en desuso. Y lo de la prisa no es excusa, hacerlo no te quita más que unos pocos segundos… Haga lo que haga, me propongo no cerrar ninguna actividad, sin dar a quienes participan las gracias por verme y por escucharme. Y sin dejar de repartir ese “muchas gracias” a quienes me ayudan a llegar aún más lejos.

Siempre he tenido claro que la gratitud es un valor propio de espíritus evolucionados. De gente con los ojos y oídos bien abiertos, que saben ver los miles de gestos que te brindan los demás. Yo reconozco que no siempre estoy tan atenta. Así que me reto a no ponerme límites y a elaborar una lista de motivos por los cuales dar las gracias a quienes no tenía previsto hacerlo. Sin limitaciones ni ideas preconcebidas. Que por supuesto incluya a esas personas que no me entran por el buen ojo, pero con las que también trato habitualmente. Porque en todas las relaciones hay errores, incomprensiones y quizás hasta enfrentamientos o abusos. Pero seguro que también razones para estar agradecido.

¿Y lo de pagarlo?

Dar las gracias incluso a quienes no te sale está muy bien. Seguro que ayuda a romper muros y a reparar alguna que otra herida, pero sigue siendo un mínimo, que tal vez no siempre sea suficiente. La cuestión que planteaba Marga es más profunda y me ayuda a reflexionar sobre lo que podría ser una “visión gestionada” del agradecimiento. Hablando en plata, ¿cómo “pagar” a los demás esa ayuda que te prestan? Porque aunque quienes te ayuden lo hagan sin esperar nada a cambio, no deberíamos desaprovechar la oportunidad para ir más allá correspondiendo al detalle.

Creo que un “yo hago lo mismo por ti” se impone como obligatorio. Si nunca se te olvida ofrecerte a llevar las bolsas a esa vecina que te regó las plantas, ni dejas de proponerte para recoger de un cumpleaños al hijo de quien te pasó unos uniformes el año pasado, no sé por qué no somos tan equitativos con el apoyo virtual.

Yo suelo corresponderles con mi atención y mi tiempo. Me propongo un quid pro quo, haciendo al menos un equivalente a lo que ellos hacen por mí. Por supuesto, los incluyo en mi radar y reviso de vez en cuando su actividad para ver de qué modo y manera puedo colaborar: enviando referencias, compartiendo contactos, difundiendo o comentando sus escritos, ofreciendo colaboración….

Porque sí. Por educación. Porque este es mi mínimo. Y porque no intentar establecer relaciones equilibradas y estables con quienes tuvieron la deferencia de hacerte un guiño es una oportunidad que no quiero dejar pasar.

Y creí que hasta aquí había llegado. Pero puestos a reflexionar, creo que aún puedo ir más allá. Nunca lo había planteado así, lo reconozco, pero tampoco voy a dejar de lado una remuneración al uso, en forma de favor a cambio, regalo, invitación o pago simple y directo. Si consideras que la ayuda que te prestan impulsa tu actividad y quieres que lo siga haciendo de manera estable ¿por qué no plantearte el pagar por ella?

Internet nos ha traído grandes cosas. Pero también la creencia equivocada de que todo es gratis y que el mundo se mueve por amor al arte. Todos tenemos un valor y aunque ofrezcamos nuestra ayuda de manera desinteresada, tal vez cuando nos toca el papel de recibirla deberíamos hacer un alto y preguntarnos dónde está el punto en el que plantearse tirar de cartera. O al menos, tirar de pregunta “al ayudante”.

Gracias querida Marga. Por tu ayuda y también por hacerme reflexionar… Dime, ¿qué puedo hacer yo por ti? ¿Qué puedo hacer por todos y cada uno de vosotros?

@vcnocito