Como dice @vcNocito, la vuelta al trabajo tiene su punto y no es tan mala como la pintan. O al menos, me siento responsable de hacérmela poco dolorosa y buscar todo lo positivo que encuentre. Por ello, me pongo manos a la obra, y he decidido que voy a rellenar una lista con buenos propósitos para el nuevo curso escolar en vez de lamentarme porque se acabó lo bueno.

Se me ha ocurrido que una forma fácil de confeccionar la lista va a ser pensar en esas actitudes que me molestan de los que tengo alrededor y a las que me gustaría darle la vuelta. A ver, la mayoría de mis compañeros son personas estupendas y desde luego tienen muchas más características positivas que negativas…. Pero todos son humanos y tienen cosas que personalmente considero mejores o peores, y en estas últimas me voy a centrar…. Me pongo a analizar con ojo crítico a 5 ó 6 personas con las que interactúo bastante, y me está saliendo una lista más que completa de puntos mejorables. Esos puntos dados la vuelta van a ser mis buenos propósitos para el curso, ahí es nada. Y quiero empezar con el que apunto en el título: quiero ser más colaborativa, sí. ¿Y por qué?

Pues porque detesto esa actitud que tienen algunos de no tratar de facilitarle la vida a los que tienen alrededor, y de cerrarse como una almeja cada vez que se te ocurre preguntarles algo. Me pone de muy mal humor.

Imagino que las motivaciones que cada uno tenga para funcionar de esa forma serán diversas: sobrecarga de trabajo, ocultismo, egoísmo, pasotismo… Pero la conclusión es que todas ellas son motivaciones negativas, dañinas para los que están alrededor, y para ellos mismos también.

No nos confundamos, que ser más colaborativos no significa hacerle el trabajo a otro ni “dejar que nos chupen la sangre”. Si bien puede haber algún caradura que quiera aprovecharse del trabajo de los demás, no es la actitud de la mayoría. Yo hablo simplemente de allanarle el camino al de al lado.

Cosas del tipo:

– “Yo ya no llevo eso; el responsable ahora es X”, las podremos cambiar por “La respuesta es esta; ahora el tema lo lleva X, para la próxima contacta con él”.

– En vez de contestar “Pues la verdad es que no tengo ni idea (búscate la vida)”, en muchos casos lo podremos completar con un “… pero espera, que yo tengo un contacto en esa área, que quizá pueda ayudarte”.

En fin, que no se trata de que nos canonicen como a Teresa de Calcuta, pero si echamos un cable facilitando y abriendo los ojos a otro con nuestro conocimiento y nuestra experiencia, seguro que a todos nos va mejor. Simplemente pensad cómo os gustaría que os tratasen a vosotros en la misma situación.

¿Os apuntais?