Lo prometido es deuda. Hablábamos en el post anterior Otra soft skill olvidada: el buen humor de la importancia de mantener buen humor en el trabajo y de cómo hacerlo contribuye a crear ese buen ambiente y ese clima de “fluidez” y confianza que hace que la gente se sienta a gusto trabajando contigo.

El humor es sin duda la madre de todas las “armas secretas” para construir lazos (y poder, creatividad y resiliencia).

Todos deberíamos tener más sentido del humor.

Y aquí viene lo bueno: el buen humor es una habilidad que se puede aprender. Os lo dice alguien que está en proceso 😊

Vamos por partes.

Por qué necesitas aprender a tener buen humor en el trabajo

Podría darte muchas razones, así que voy a compartir contigo tres de ellas:

  • Un ambiente cómodo y relajado, incluso en presencia del error, es imprescindible para alentar la creatividad y la innovación que tanto decimos necesitar. Sin ese clima de relax, nada nuevo sucede.
  • Cuanto más serio es el ambiente, más en serio tiende a tomarse las personas y esto dificulta la colaboración sin la cual ya casi nada sale bien.
  • Los sentimientos de riesgo y/o de ridículo disminuyen cuando estás en un ambiente donde sabes que puedes usar el humor incluso con los altos directivos. El buen humor es el mejor amortiguador del miedo.

Así que vamos con el cómo.

Trucos para inyectar más humor en tu día a día

¿Tener humor va de ser gracioso? El que como yo, tiende a seco y cortante, sabe cómo yo lo sé perfectamente, que jamás contará chistes ni será bueno haciendo bromas.

La clave es asumir que el buen humor no va de eso.

Se trata más bien de ponerle foco y dedicarle algunos segunditos de tu tiempo a ser más amable, alegre, pausado y empático con los demás.

También de aprender a compartir con menos miedo tus salidas de tiesto o tus errores sin que hacerlo sea un mal trago de los que no se olvidan. Y por supuesto, de crear una relación más de persona a persona con tus jefes y compañeros, que favorezca el compromiso mutuo y los retos conjuntos.

Tendemos a contener nuestro humor por miedo a que no haga gracia, por miedo a ofender a alguien o simplemente por falta de voluntad para hacerlo.

Pero, cuanto más complicado es el contexto menos podemos renunciar a él. Porque nuestro humor y tono vital lo dice casi todo de nosotros, y permite a los demás entendernos, saber qué nos gusta y que nos detrae. Nos permite, en definitiva construir relaciones de valor a pesar de la distancia física, las diferencias jerárquicas e incluso culturales y generacionales.

Ahí van algunas tácticas que puedes probar para subir tu tono vital hacia la sonrisa:

  • Comienza contigo mismo dejando de tomarte tan en serio. Asume que casi nada de lo que te tomas como una ofensa es un asunto personal. No presupongas, no entres a ningún trapo y sé siempre exquisito con tus palabras. Sin castigarte, haz autocrítica relativizando el impacto de tus errores. Ríete de ellos,  si puedes.
  • Comparte contenido potencialmente divertido. Sin abusar ni en cantidad ni en tema, un meme o un chiste a tiempo te ayudarán en tu intención de hacer por el ambiente distendido. También valen las anécdotas, tanto del trabajo como de tu vida fuera él. Ayudarán a otros a conocerte mejor y a saber que tú sabes poner al mal tiempo buena cara.
  • Participa en las actividades informales. Aunque al enterarte de que se ha programado sientas la pereza como primer impulso. Apúntate en seguida con una sonrisa y haz por pasarlo lo mejor posible, aunque la actividad en sí no vaya demasiado con tus gustos.
  • Usa el humor para desactivar los conflictos, pues la mayoría mueren ahí. Ríete con tus compañeros, pero de ellos. Cuidado con el sarcasmo, que tiene mil interpretaciones y no todas en la línea en la que tú ibas.
  • Trabaja tu sonrisa. En la cara y en los textos. Sonríe más, que una sonrisa abre mil puertas. Y dicen los expertos en comunicación que hasta se nota en las palabras que eliges en ese mail que has escrito con la sonrisa pintada en tu cara.
  • No te metas en jardines. Hay temas tabú, y a veces no son los que esperas. Y, por tentador que suene, distribuye con mucho ojo correos electrónicos y mensajes que contengan chistes, imágenes «divertidas» o videos. Nunca se sabe.

Un ambiente de trabajo desprovisto de humor no solo es menos alegre, sino que también menos productivo y creativo, para ti y para quienes te rodean. Quienes ven el buen humor como algo importante más allá del chiste y la anécdota, tienen mucho camino ganado.

No pienses en si harás gracia, piensa mejor en si harás sentirse bien a las personas que te rodean.

Por si aún no te he convencido de intentarlo, refuerzo lo mucho que puedes ganar.

10 beneficios de tu esfuerzo por mejorar tu humor en el trabajo

  1. La gente disfrutará más trabajando contigo. 
  2. Podréis ver de otra manera eso que os estresa y os relajaréis.
  3. Derribarás con más facilidad barreras con tu jefe, con compañero «raritos» y con «rivales».
  4. Contribuyes a un buen ambiente. Que tú te tomes las cosas con humor tranquiliza a los demás. 
  5. Serás más creativo, porque solo nos inspiramos cuando estamos relajados.
  6. Proyectarás imagen de confianza, inteligencia y madurez.
  7. Atraerás el compromiso de otros, porque todos preferimos interactuar con quien nos ayuda a divertirnos en el trabajo.
  8. Te verán más accesible.
  9. Destacarás y ganarás algún fan.
  10. Serás más productivo, porque los optimistas fomentan la interacción disminuyendo miedos y reticencias a colaborar y a equivocarse.

Desarrollar mecanismos y estrategias para mantener tu buen humor mientras trabajan es una bendición para ti y un regalo para quienes trabajan contigo.

#vamos

@vcnocito