La forma y las condiciones en las que las personas trabajan han ido evolucionando a lo largo de la Historia. En la Edad Media lo normal era que los hijos heredaran el trabajo de su padre así que si el padre era el herrero del pueblo, el hijo también lo sería. En 1870 una persona trabaja de media 3.000 horas al año mientras que hoy son aproximadamente 1.600. Nuestros abuelos vivieron la noticia del primer país que autorizó la libranza de dos días por semana (Estados Unidos, en 1938) aunque seguramente no fueron conscientes de ello porque a España llegó varios años después. Y sin irse tan lejos, hace 40 años aun había empresas que contrataban chicos de los recados para transportar entre otras cosas documentación entre una oficina y otra, tarea que hoy puede realizarse instantáneamente usando el email. Pero lo que no ha ocurrido nunca es un cambio tan abrupto y repentino como el que estamos viviendo ahora.
Seamos conscientes de que el trabajo tal cual lo hemos conocido los que llevamos 25 ó 30 años en el mundo laboral ha cambiado completamente. En los próximos años, rara será la reunión que no tenga a algún asistente en remoto, con lo que ello conlleva de necesidad de disponer de unas adecuadas herramientas tecnológicas y de unas determinadas habilidades para gestionar la reunión… hasta que llegue el metaverso y sea nuestro avatar y no nosotros los que asistamos a una reunión Se acabó en general el trabajo presencial y con ello, bienvenida la posibilidad de poder trabajar para cualquier empresa del mundo sin tener que moverte de tu casa, y la otra cara de la moneda, ojo con que el mejor empleado de tu empresa pase a trabajar para una empresa de otro continente cualquier día de estos. Se está redefiniendo también el modelo de trabajador por cuenta ajena que cobra una nómina fija cada mes, pasando a ser cada vez más los que trabajan por proyectos, los autónomos, freelance, consultores… incluso en la misma empresa también. Aparecen nuevas profesiones que hace diez años no existían y que hoy son cada vez más demandadas, como expertos en bigdata, en marketing digital o conductores de Uber.
Y lo que queda por venir. Estoy convencido de que mis hijos tendrán una jornada laboral de 30-32 horas a la semana, o bien trabajarán para ellos mismos y se organizarán su jornada laboral en función del proyecto para el que trabajen en cada momento. Se acabarán los trabajos repetitivos que puedan ser realizados por una máquina de forma más eficiente, pero por trabajo repetitivo entendemos cosas como ser taxista o asistente personal. Es probable que un experto en programación o en una nueva tecnología tenga un salario más alto que el director de Recursos Humanos de la compañía para la que trabaje. La economía circular y colaborativa hará que el reciclaje y la sostenibilidad sea un parámetro clave a la hora de diseñar cualquier producto o proceso…
¿Y qué hacer para estar preparado para el trabajo del futuro? Hay que ser capaz de imaginar y proyectar las posibilidades del futuro y establecer metas ambiciosas. Hay que poder rediseñar las opciones de trabajo, aprovechando las posibilidades de la automatización, los lugares de trabajo colaborativo y todas las posibilidades que se dan para potenciar el talento. Hay que desarrollar actitudes digitales que no permitan aprovechar al máximo las nuevas tecnologías. Las organizaciones deberían alinear los programas de organización y desarrollo de la fuerza laboral para acceder a nuevas habilidades, e involucrar a la fuerza laboral en nuevas formas de trabajo. Y para todo ello, es fundamental utilizar la tecnología de manera que genere beneficios para las organizaciones y para la sociedad en su conjunto. Todo cambio implica también una oportunidad, así que estamos ante un enorme abanico de oportunidades para aprovechar.
3000 horas a la semana? Trabajaban 125 días a la semana? Alguna cifra ha bailado por ahí.
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Eran 3.000 horas al año, no a la semana. Muchas Gracias por avisar. Ya está corregido
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