Si algo hemos aprendido este año es que la vida es frágil y que lo inimaginable puede ocurrir. Que eso que parece que nunca podrá ser, de repente es. Y que esto del cambio es cuestión de necesidad, actitud y confianza.
Nada estaría más lejos de mi intención que cualquier intento de glorificar esta pandemia. Sin embargo, quiero poner una nota de luz animando a fijarnos en todo lo que hemos hecho.
Nos tiramos tres meses sin salir de casa y la vida siguió
Gracias a la economía digital y las infraestructuras de red que tenemos en España (y que no aprovechamos en lo que valen), hemos aprendido a comprar por Internet, a entretenernos en Internet y a socializar tomando unas cañas en Internet.
Impensable hace un puñado de años. Yo recuerdo bien las caras de comerciales y clientes cuando, en 2016 durante mis cursos de formación les daba el dato de que 1 de cada 5 españoles habían comprado algún regalo de Navidad por Internet… ¿Quién no va a comprarlos todos o casi todos online este año?
Nos tiramos casi un año sin pisar la oficina y seguimos haciendo los números
Un año sin ver ni a jefes, ni a compañeros, ni a clientes. Una año donde hemos aprendido que la cocina puede llegar a ser más tranquila que la oficina, que tomar café con las vecinas puede sustituir al desayuno con los compis y que la mayoría de la gente es profesional como la copa de un pino. Un año donde hemos reclutado (Y también despedido ☹), donde nos hemos formado y donde hemos cerrado proyectos y ventas por videoreunión.
Impensable hace un puñado de años. Cuando calentar la silla, reunirse y hacer pasillo eran actitudes totalmente fuera de cuestión. También recuerdo bien los ojos haciendo chiribitas de mi marido cada vez que le decía eso de “me quedo a trabajar en casa porque llueve, ya entraré por audio a la reunión que tengo”. ¿Alguien se plantea hoy ir a la oficina el día que se presagie un mega-atasco?
Nos hemos “redefinido” en términos de cambio
Me gusta mirar atrás, porque poner foco en lo conseguido nos ayuda a tomar impulso para asumir nuevos retos. Y porque, poner negro sobre blanco lo bueno que ha tenido este año, es fundamental para encarar lo que venga con optimismo. Asumiendo que, para que en los cambios no se pierda nada de lo que ansiamos conservar, habrá que poner de nuestra parte.
Este año hemos hecho dos cosas muy importantes
- Nos hemos dado cuenta de que el cambio era posible. Y que solo actitudes y prejuicios, infundados como hemos demostrado entre todos, lo frenaban.
- Y hemos vivido en primera persona lo fácil que ha sido a nivel tecnológico. Tanto miedo que le teníamos y hemos tirado con un par de tutoriales y alguna nueva App.
Hemos vivido, con una naturalidad sorprendente, que las herramientas están disponibles y que, cuando las necesitas, aparecen “solas”. Y que todos, “alérgicos” de 70 años incluidos podemos aprender a manejarlas.
Que sólo necesitamos ganas. O ver la necesidad.
¿Dónde estás nuestros retos más inmediatos?
Casi todos sentimos que “se pierde” el contacto humano. Nos faltan el tacto, el olfato… Y el calor.
Los dos primeros llegarán más pronto que tarde, tecnología mediante. Pero el calor tendremos que ponerlo nosotros. Porque, en el medio digital, lo que nos hace “humanos” no viene de serie.
Nuestro siguiente paso tiene necesariamente que ser el de romper esos prejuicios que nos hacen pensar que “lo digital” no es igual, que le falta “un algo”.
Evidentemente no lo es. Pero, eso no implica que sea peor. Aunque lo será si no nos empleamos en mejorar
- Nuestra empatía y nuestra capacidad de escucha con gente a la que no vemos. Clientes, colaboradores, compañeros o incluso viejos conocidos
- Nuestra Mentalidad y nuestras actitudes, dejando atrás roles pasivos que se limitan a cumplir lo que otros dictan, para comenzar a creer en sueños propios liberando toda nuestra pasión y creatividad.
- Nuestra apuesta por la inteligencia colectiva. Por la colaboración, por la cocreación. Por compartir más, por ayudar más, por ofrecer más. Por ser parte de una comunidad que nos da un sentido.
¡Os deseo un Feliz 2021 lleno de ellas!
y un lo que queda de 2020 lleno de reflexión sobre todo lo avanzado.
Y #vamos, que a ser “ciudadano digital” se aprende 😊