Sí, esto también es una frase de madre, como las que nos comentaba en su post @72rge, y aplicable a la mayoría de los ámbitos de nuestra vida, como toda la sabiduría de las madres. Pero con este título no quiero confundiros: si bien mi madre nos fustigaba (y fustiga!!) con la frasecita para indicar que en su casa no tolera expresiones soeces ni tacos, lo que yo quiero denunciar es lo mal que hablamos y escribimos en las empresas (en general), hasta el punto de que no conseguimos lo más básico, que es entendernos.

Sí, sí; tal cual lo leéis: en mi empresa hay multitud de reuniones en las que no conseguimos entendernos entre los presentes, y no me refiero a que no lleguemos a un acuerdo, si no a que muchas veces no somos capaces de entender lo que dice el que está hablando. Y yo tengo una teoría al respecto, muy simple: SI NO TE ENTIENDEN CUANDO HABLAS, LA CULPA ES TUYA. Sí, seguro que es tuya; no hay duda…

Y esto tiene una explicación y lógica sin grietas siempre que pienses que la gente que te rodea es inteligente. Si no estás de acuerdo con esto último no sigas leyendo este post, porque en ese caso, además de tener la culpa de que no te entiendan, tienes otros problemas más prioritarios que resolver. Y si admites que tus compañeros son inteligentes, seguro que puedes mejorar porque admites consejos.

Entonces, cuida tu lenguaje, y plantéate estos tres sencillos puntos la próxima vez que tengas que contar algo en una reunión:

¿Sabes para quién estás hablando? ¿Son de los tuyos, o de otros departamentos? Admítelo, aunque a ti te parezca muy normal que todos los que trabajamos en márketing usemos en cada frase 2 ó 3 palabras terminadas en “ing”, no lo es. Como tampoco lo es que en cada frase haya un acrónimo, preferiblemente referido a un término en inglés. Por favor, adapta tu lenguaje a quien te está escuchando, y no presupongas que todos tienen que saber para qué sirve una máquina/sistema/plataforma, ni lo que es un briefing, un timing, o el timing del briefing. No, no quedas peor si no utilizas un lenguaje tan técnico, ni parecerás menos culto. La cultura se demuestra siendo capaz de adaptar tu discurso al auditorio, con lenguaje técnico si procede, y en Román paladino si no. Eso es cultura, y conseguirás que te entiendan, (…¿o es que tú hablas por otros motivos?).

¿Has estructurado tu mensaje? ¿Seguro que estás empezando por el principio? Este es un tema muy manido, pero yo creo que la mitad de las veces no nos lo planteamos cuando tenemos que contar un tema, y no debemos dejarnos llevar por el punto concreto que nos preocupa. Sitúa primero el asunto, y luego dispara; ve de lo más general a lo concreto y lo particular, como un embudo. Y por último, y quizá lo más importante….

¿Tienes claro el objetivo y por qué tienes que contar algo? ¿Seguro que no estás hablando por hablar? Por favor, no te andes por las ramas, y trata de ser conciso. Dale una vuelta al discurso, y elimina todo lo que sea accesorio, que verás cómo los que te escuchan no se pierden y te entienden mucho mejor. No rellenes huecos porque sí, y recuerda esa máxima que dice que “vale más callar y parecer tonto, que hablar y despejar todas las dudas”.