Este es mi primer post en balcon40.com, una entrada que será diferente a las siguientes que escribiré más adelante porque me gustaría que fuera una pequeña declaración de intenciones sobre por qué estoy decidido a dedicar regularmente una parte de mi tiempo a escribir aquí, qué espero aportar a quien me lea y qué espero obtener de esta experiencia.
A mí siempre me ha gustado escribir. Cuando era un adolescente, allá por los años 80 (dejémoslo así, sin detallar más…) participaba en una red de “pen-friends” que te ponía en contacto con otros adolescentes de todo el mundo con los que compartías aficiones, inquietudes, etc. Es decir, que el concepto de Facebook ya existía al menos 20 años antes de que Mark Zuckerberg fundara en 2004 la red social más importante de la actualidad, sólo que en aquel entonces no existía internet por lo que los comentarios y los “Me gusta” se escribían en un papel con un bolígrafo y se enviaban en un sobre con un sello de correos (esto me da una idea para un próximo post: como la tecnología cambia irremediablemente la manera en la que trabajamos en el día a día aunque las tareas en sí sigan siendo las de siempre. Y aún hay gente que no parece haberse dado cuenta de ello).
Total, que casi todos los días escribía alguna carta para alguien que vivía en un lejano país. Ahora que ya no soy adolescente, sigo escribiendo. Ahora escribo correos electrónicos, muchos, demasiados probablemente (otra idea para otro post, el uso y abuso que se hace en las empresas del correo electrónico). Pero soporto bien el aluvión constante de emails porque me gusta escribir, me gusta que lo que transmito perdure de alguna manera en el tiempo.
Si no me he embarcado antes en esto de escribir un blog ha sido porque pensaba que no tenía nada demasiado interesante que contar en el ámbito profesional. Pero creo que ya no es así. Después de casi 20 años trabajando en varias empresas relacionadas con las telecomunicaciones (soy ingeniero, que le voy a hacer), de haber participado literalmente en miles de reuniones de trabajo de toda índole compartiendo infinidad de situaciones con cientos de compañeros, clientes, proveedores, etc, creo que he acumulado las suficientes vivencias como para comprender bien cómo funciona el día a día de una empresa, los intereses personales que se crean y que no siempre van alineados con el bien común, las relaciones entre los grupos que participan en cualquier proyecto, las tareas que se priorizan y en función de qué… viéndolo desde el punto de vista del empleado, no de la alta dirección.
En mis posts no pretenderé ser divulgativo, ni entrar en aspectos técnicos de mi trabajo diario. Lo que me gustaría es compartir con quien quiera leer este blog mis experiencias y mis opiniones personales sobre diversos aspectos del mundo de la empresa (vaya por delante que lo que escriba aquí será siempre cosa mía y de nadie más), intentando poner un punto de ironía y sobre todo, sentido común en mis comentarios. Y sería estupendo recibir a cambio otros comentarios, opiniones o discrepancias de profesionales que, como en el caso de aquellos “pen-friends” de hace tantos años, no conozco personalmente pero cuyos puntos de vista sobre las cosas que me ocupan diariamente seguro que me enriquecen y me aportan tanto como el más caro de los masters de la mejor escuela de negocio.
Y por último (como dicen los ingleses, last but not least), agradecer a mis amigas Elena y Virginia el empujón definitivo que me han dado para decidirme a embarcarme en este proyecto tan ilusionante. ¡Nos volvemos a leer pronto!
Roberto García Esteban. @72rge