La empatía es una de las cualidades más valoradas en una persona no solo en la vida laboral sino también en cualquier otro aspecto de la vida cotidiana. Nos permite comprender el punto de vista de otras personas, entendiendo como piensan y por tanto cuáles son sus intenciones y sus reacciones. Esto en un mundo cada vez más conectado, donde interaccionamos continuamente con numerosas personas de diversas procedencias, es una cualidad fundamental.
Los seres humanos somos criaturas sociales que hemos evolucionado para cuidar los unos de los otros (aunque viendo las noticias a veces no lo parezca). Los investigadores nos dicen que la infancia es la etapa de la vida en la que se adquiere la empatía, pero es verdad que es una cualidad que puede mejorarse a lo largo del tiempo siguiendo algunas recomendaciones muy básicas:
Practicar la escucha activa. Se dice que muchas veces escuchamos para responder, no para entender. Nuestro objetivo en una conversación de trabajo suele ser salir indemne, sin ser culpados de nada y sin nuevas tareas pendientes en nuestro tejado. La escucha activa no es eso, sino que es estar totalmente pendientes de lo que la otra persona nos está diciendo y pensar solo en darle un feed back adecuado. Sabremos que lo hemos conseguido cuando la otra persona nos proporcione cada vez más información en la conversación.
Eliminar los prejuicios y los estereotipos. Está claro que la mejor manera de crecer como profesionales es salir de nuestra zona de confort, y una de las maneras de hacerlo es acercarnos a gente que sabemos que son diferentes a nosotros, porque tengan distinta formación o experiencia previa. Hacer un esfuerzo por llegar a conectar de verdad con esas personas diferentes y encontrar aquello que tenemos en común con ellos (siempre hay algo) mejorará nuestra empatía y nos permitirá crecer profesionalmente.
Ponerse un tiempo en los zapatos de otro. Se dice que Jeff Bezos, el CEO de Amazon, pedía a todo su equipo directivo, incluido él mismo, trabajar un par de días al año en el call center de la compañía atendiendo reclamaciones de clientes. Los japoneses lo llaman ir al gemba (el lugar donde suceden las cosas), y son experiencias que aportan un baño de realidad que nunca viene mal. No siempre es fácil de llevar a cabo, pero desde luego contribuye a ver las cosas de forma diferente y a que los problemas del otro pasan a tomar más importancia.
Compartir nuestras preocupaciones y problemas. No hay nada malo en pedir ayuda cuando nos encontramos ante un problema laboral que nos supera. Tampoco pasa nada por compartir con otros nuestras inquietudes o miedos lo que además es una manera de que los otros compañeros también nos cuenten a nosotros los suyos y avanzar así en nuestra empatía.
La empatía es una de las “soft skills” más importante. Si somos más empáticos mejorará nuestro bienestar y felicidad en el trabajo y además alguien empático es siempre bien recibido por las empresas. Las personas empáticas generan beneficios porque en general no velarán solo por sus intereses sino que también añadirá los del grupo y los de la empresa. Busquemos pues mejorar nuestra empatía porque a la larga, mejorará con ella nuestra empleabilidad también