Reconozcamos que este verano será “más largo” de lo habitual. Que, para muchos, será al menos más relajado que otros años.

Me explico.

En julio, he estado en Ibiza con unos amigos. Dos no venían a la playa por la mañana. Se quedaban en el apartamento teletrabajando.

Ha faltado a sus habituales citas en mi piscina mi amiga Elena. Tras el fin de los confinamientos perimetrales, ha instalado (aún no se cómo) en su pequeño pueblo de Guadalajara (adonde yo recuerdo ir cuando no había agua corriente) una conexión a Internet. Lleva meses teletrabajando allí.

Tampoco he visto a mi compañera Ana, aunque sé por su Instagram que está como un tizón. Trabaja desde el chalé de sus suegros en Salobreña desde que acabaron los coles.

Y no han sido los únicos en disfrutar del “verano extendido”.

¿Nos será suficiente el modelo híbrido que nos están proponiendo las empresas?

A los norteamericanos parece que no. Según datos del Labor Department (algo así como nuestro Ministerio de Trabajo y Seguridad Social) 4 millones de norteamericanos se han despedido esta primavera de su trabajo. La mayor cantidad desde que el gobierno comenzó a registrar la rotación laboral en 2000.

Tanto es así que allí ya se habla de “The great resignation”. El término lo ha acuñado Anthony Klotz, un profesor de la Universidad de Texas que ha estudiado las salidas de cientos de trabajadores, compartiendo su predicción de que muchos más se están preparando para renunciar.

Las causas, lógicamente son variadas. Siempre hay quien busca un sueldo mejor. O un trabajo mejor y es ahora cuando, tras meses en casa gastando algo menos, se ve con un colchón para hacerlo.

Pero desde luego algo tiene que ver ese deseo de no volver a pisar una oficina más que de vez en cuando. De organizar tu vida, tus actividades y (¿por qué no?) tu lugar de residencia con un criterio que no sea la distancia que tienes que recorrer para ir al trabajo.

Algo se mueve en el mundo laboral

Que se está produciendo un cambio de poder en el que hay una batalla por el talento y una necesidad de invertir su desarrollo está claro. Que el COVID nos ha obligado a reflexionar sobre la forma en que vemos el trabajo y lo que pedimos a nuestra empresa, también.

Tal vez en España estos cambios no se noten aún lo suficiente. Pero comienzan los signos:

  • Llega al revolución freelance

La gente se ha acostumbrado a la flexibilidad del trabajo remoto, y aunque haya a quien le va bien volviendo a ratos, algunos comienzan a plantearse un ¿y por qué no trabajar por mi cuenta? Claro que esta modalidad laboral no es apta para todos. Eso va mucho con tu nicho de actividad, con tu carácter, con tus capacidades de emprendimiento y sobre todo con eso que tú esperas de tu trabajo y de tu vida.

Algunas empresas ya piensan en incorporarlos, creando fuerzas de trabajo mixtas. Y seas tú o no uno de ellos, lo que es seguro es que pronto tendrás alguno en tu equipo (con una vida y condiciones muy diferentes a las tuyas).

  • Se valoran nuevos modelos de “presencia”

Ser bueno en una entrevista por Zoom o en un Webinar comienza a llevar implícita una “certificación de aptitud digital”. Ser capaz de convertir tu reunión en un paseo dice mucho sobre tu flexibilidad y tu habilidad para conectar con otras personas más allá del formato del encuentro. La humanización de las relaciones digitales y la incorporación con éxito de este medio digital a procesos de reclutamiento, de seguimiento de proyectos o de negociación comienza a ser vista como un valor en alza.

  • Entran a jugar los algoritmos

Aplicaciones de filtrado de solicitudes, cuadros de mando elaboradísimos gracias al Big Data, remuneraciones que determina la plataforma que nos encarga las tareas… Hay quienes, ante la falta de “resultados” de la gestión actual, piden una oportunidad para los algoritmos.

Personalmente estoy convencida de la enorme utilidad de utilizar la tecnología en la toma de decisiones y también para evaluar y afinar el efecto de las que vamos tomando. Aunque ello no nos conducirá a nada mejor si no avanzamos hacia un nuevo modelo de relaciones que complemente la eficiencia con la ayuda, la comunidad y el bienestar de personas y planeta. El resto es la inteligencia artificial para potenciar (aunque suene paradójico) nuestras cualidades más humanas.

  • El triunfo de la actitud sobre la aptitud

Históricamente un Curriculum Vitae potente era más que garantía de capacitación y futuros logros profesionales. Algunas organizaciones están estableciendo ya marcos que permitan evaluar a los solicitantes buscando la aptitud para hacer el trabajo, pero también su actitud y su capacidad de mejorar la cultura existente.

¿Cómo podemos aprovechar mejor para este nuevo ecosistema?

Cuando se nos acaba el apretón de manos como “pista” de conformidad, de agradecimiento o de acuerdo, llega el momento de rediseñar también nuestros protocolos de comunicación y relación digital. De aprender a incluir el video o los emojis con más soltura y destreza.

Porque, una vez cogido el truco a la productividad, toca “subir un nivel” en nuestras habilidades para el trabajo remoto. Asumiendo que, aunque nos salgan las cosas, tenemos margen de mejora en algunos aspectos.

Mejorar nuestras habilidades digitales no va solo de aprender a manejarse con las nuevas herramientas que tu compañía te ha proporcionado. Va de aprender a comunicar mejor, de aprender a aprender y a resolver de manera más autónoma, de conocerse más.

Y sobre todo va de trabajar las relaciones y la gestión de los equipos de otro modo. De entender que más libertad implica más responsabilidad, más proactividad y más colaboración. Asumiendo nuevos valores y acordando nuevas reglas.

Porque esto del trabajo remoto no ha hecho más que empezar.            

Para convencer y convencerte de que tú también puedes «alargar» tus vacaciones te recomiendo que aprendas a teletrabajar plenamente. Sobresaliendo en lo operativo y brillando en lo emocional.

Y para ello, te invito este verano a una lectura relajada de mi libro Disfruta teletrabajando: Cómo garantizar resultados y calor cuando trabajas con gente a la que no ves.

Un videolibro que te ayudará a trabar de forma brillante sin el apoyo de la presencia física. Una forma de interiorizar sin esfuerzo y con recetas muy prácticas las nuevas capacidades digitales que te permitirán “alargar” tus veranos.

Feliz verano «extendido»

@vcnocito