Sentimos que lo digital es frío, que nunca es igual que un cara a cara. Y cierto que no lo es y que nunca lo será. Pero los contactos digitales pueden ser cálidos y profundos también. Te comparto algunas claves para llevar un pedacito de tu alma al mail, al Messenger o a la videollamada.

Un pizca menos de ti, y un mucho más del otro

Céntrate en las personas y olvida. Olvida el medio, pensar que estás en un cara a cara es la mejor manera de comenzar. Olvida (un poco) el motivo, porque cuando solo ves el por qué o el para qué de cada contacto (ya sea con semidesconocidos en tus redes sociales o en tu comunicaciones habituales con jefes, clientes y compañeros) pierdes la ocasión de crear conexiones más profundas.

Olvida también el reloj, para tomarte tu tiempo para saludar, preguntar qué tal y poner al otro en contexto. Y alarga la conexión más allá del momento. Pon poco en la persona. Pregunta y escucha tratando de averiguar sus motivaciones e intereses. Busca darle eso que quiere a cambio.

Autenticidad a raudales

Ser tú mismo es la mejor manera de construir relaciones significativas, de esas que son y serán una parte fundamental de tu éxito y de tu crecimiento, sea cual sea el campo en que trabajes.

Pero ¿cómo compartir tu yo «auténtico» en un entorno profesional de una manera inteligente?

Soltarte el pelo no es tan fácil. No sólo requiere intención y foco. Es que también requiere tiempo y prudencia. Porque hacerlo no está exento de riesgos y por ello, hay que ir con pies de plomo, siempre atento a las señales que emite el otro. Presta atención a los detalles relacionados con sus intereses, gustos y retos.

Si, como segundo paso, inicias tú otro contacto compartiendo alguna cosa que crees que pudiera interesarle: un informe, una reseña de un evento, un artículo, unos datos. Por su reacción, sabrás al instante si es o no proclive a seguir dando pasos en su relacióncontigo.

Si sientes que la cosa avanza, el paso definitivo es ofrecer tu ayuda. Ser generoso con tus sugerencias, ideas y conexiones, incluso cuando no necesitas algo de la otra persona, es una de las maneras más poderosas de conectarte. Eso sí, empieza por cosas que aporten sin que te supongan ni mucho tiempo ni mucho desgaste.

Sé selectivo

Por último, establece prioridades y límites. Desnudarte es ponerte en posición vulnerable y no todo el mundo lo necesita o lo merece.

Aparecer totalmente sin filtrar y confiar en todos los que se cruzan en tu camino es un grave error. Igual de gordo que mantener tu uniforme y tu máscara profesional contra viento y marea.  El objetivo no es pegar la hebra y contar de tu vida a cada persona que conozcas. Ahorra energía y resérvate para las relaciones que crees que te devolverán energía y alegría.

Recuerda siempre que el afecto es cosa de dos. Las relaciones deben ser recíprocas así que comienza por trabajar con esas personas que ves proclives a profundizar. Si la cosa no avanza, no pierdas el tiempo. Vete a por el siguiente de la lista.

Confía en tu instinto sobre en quién confiar. Ten cuidado con las personas que van a sacarte mucha información, sin revelar nada sobre sí mismos y con aquellas que solo hablan si escucharte apenas.

Centrarte en trabajar en el medio digital conexión más profundas mejorará tu rendimiento y tus resultados. Y también tu nivel de energía y de satisfacción con tu actividad.

Puedes hacerlo. Te propongo que empieces con algo muy fácil: tira la caña y establece tú la siguiente conexión.

@vcnocito