Suele haber un estudio de una prestigiosa universidad americana para todo, también para un tema tan antiguo y difícil de contestar como cuál es el secreto de la felicidad. Pues bien, estudiosos de la universidad de Harvard han seguido a cientos de personas de diferentes generaciones durante nada más y nada menos que 80 años para tratar de responder a la pregunta de dónde radica el secreto de la felicidad. Y aunque la canción decía que tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor, los científicos de Harvard añaden una cuarta cosa más, según ellos tan importante o más que las anteriores: el cultivar y mantener buenas relaciones personales

Como no podía ser de otra forma, el mundo laboral es una parte más de nuestras vidas, así que las conclusiones de ese estudio son extrapolables a la vida laboral también. Si nos llevamos bien con los compañeros y no tenemos grandes discusiones ni malos rollos con nadie, seremos más felices en el trabajo. Está claro que esa es una de las claves de la felicidad laboral.

Las relaciones positivas en el trabajo tienen como consecuencia niveles más bajos de estrés, menos preocupaciones y por tanto, más felicidad. Al fin y al cabo, pasamos muchas horas al día en el trabajo, y lo queramos o no, es una fuente de socialización muy importante. Aunque yo añadiría que más que las relaciones en sí, se trata de afrontar dichas relaciones con actitud positiva. Significa ser conscientes de que todos los trabajos, cada uno con sus responsabilidades, son complicados y que aunque una determinada tarea te puede parecer insignificante o quizá te impacte muy poco en tu día a día, quizá es lo más importante del mes para la persona que te lo está solicitando.

Aunque como dijo El Gallo, famoso torero del siglo pasado, “hay gente pa tó”. Algunos encuentran agobiante el relacionarse con otras personas y mientras más acotadas estén las relaciones en el trabajo a solamente las necesarias, mejor para ellos. Probablemente el verdadero secreto de la felicidad en el trabajo es ser honesto con uno mismo y hacer, o por lo menos intentar hacer, aquello que de verdad se quiera hacer.

Por otra parte, es un hecho que la felicidad se contagia, y la infelicidad también. Si en el equipo de trabajo hay colaboradores que muestran señales de estar desmotivados o infelices, ese sentimiento se va a contagiar a los demás.

Al final se trata de saber gestionar las emociones para adaptarse a distintas situaciones. No podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor, pero lo que marca la diferencia es la actitud con la que lo afrontamos, así que hay que poner algo de nuestra parte para llegar a encontrar la felicidad laboral porque siempre vamos a encontrar cosas que no serán de nuestro agrado. Decía Epitecto, un filósofo griego, que no se trata de pretender que ocurran las cosas que tú quieres que ocurran, sino más bien estar conforme con que las cosas suceden como suceden. Es decir, no es que haya que ser conformista y aceptar todo lo que sucede a tu alrededor, sino que hay que se realista y no esperar cosas imposibles de tu trabajo. Y en vez de quejarse por ello, hay que preguntarse qué hacer para revertir esa situación. Y todo eso es mucho más sencillo si estás rodeado de gente con tus mismas ideas y con las que congenies bien.