Aunque fuzzy literalmente significa borroso, difuso o confuso, esta pregunta traducida al contexto actual viene a ser el equivalente moderno del ¿eres de ciencias o de letras?

Y no hace falta que respondas, porque según los expertos en cultura digital, la línea divisoria, y en apariencia excluyente, entre tecnología y humanidades pudiera estar llegando a su fin.

Es Scott Hartley, en su  libro “¿Fuzzy o Techie?” publicado en 2017 quien propone la “versión moderna” de esta vieja pregunta.

Según Hartley, si te especializabas en humanidades o ciencias sociales, eras un fuzzie, o sea un “borroso”. Si te especializabas en ciencias, informática o ingeniería eras un técnico. El no hace ese equivalente directo entre tecnología y utilidad, progreso o inteligencia, que subyace hoy en nuestra sociedad y sobre el que no vamos a engañarnos.

Bien a la contra, afirma que, esta “suposición subliminal” que ha liderado el mundo de la empresa durante las últimas década, ese pensar que son los técnicos son los verdaderos impulsores de la innovación, es un completo y absoluto error.

Hartley, que ha trabajado en Google o en Facebook y es asesor de innovación de la Casa Blanca, revela, demostrándolo al analizar el interior de alguna de las empresas actuales más dinámicas, como en realidad son ”los de letras”, y no los técnicos, quienes están desempeñando los roles clave en el desarrollo de las ideas de negocio más creativas y exitosas.

Lo cual no es de extrañar, porque a menudo son los que entienden los problemas de la vida y ofrecen los mejores enfoques para hacerlo.

Todos necesitamos ser  “más de letras”

Por muchos motivos.

  • Porque las personas somos un todo. Y si la tecnología llega para mejorar la vida de las personas, tendremos que incluir cuantos más aspectos de la vida seamos capaces. Está claro que literatura, arte, música, sociología, derecho, política, ética o historia no deberían quedar fuera.
  • Porque, en un mundo donde no sirven las viejas reglas, requiere de una visión poliédrica. Garantizar el beneficio para la sociedad y para tu empresa pasa por una mentalidad más amplia y diversa.
  • Porque el futuro debería estar libre de sesgos. Y como las tecnologías son creadas por personas, llevan implícitas las imperfecciones y sesgos propios de su condición. Diferentes enfoques y sensibilidades son más necesarios que nunca.
  • Porque los desafíos de hoy nos llevan a la necesidad de hacernos nuevas preguntas. Y ello requiere de enfoques que nos obliguen a centrarnos en aspectos relacionados con la comunidad. Implicando un plus de crítica y valoración social, un plus de análisis de estructuras socioeconómicas más allá de los requisitos funcionales, y por descontado, un plus de aspectos morales y/o éticos.

Afortunadamente Scott no es el único que piensa así. Son cada vez más numerosos los informes que abogan por incluir áreas de investigación vinculadas con las humanidades y, muy especialmente con las ciencias sociales, para ampliar las posibilidades la tecnología. Tanto para minimizar los impactos negativos como para potenciar los positivos.

Me alegro de que surjan voces a favor de que las ciencias sociales y las humanidades se suban al tren del desarrollo tecnológico. A mí, que hace años que me defino como “teleco de letras”, me ilusiona la idea de crear procesos de codiseño con personas de formación e intereses muy alejados de los míos.

Porque yo veo claro que esta necesidad no ha hecho más que empezar. La introducción de sistemas cada vez más “autónomamente inteligentes” necesita de expertos en comunicación, psicología, sociología o ética para garantizar la efectividad y también la confianza en las interacciones hombre-máquina.

Y hay más.

Dicen que los músicos son espectaculares como analistas de datos por sus destacadas capacidades en la detección de rarezas en patrones de conducta. Que los psicólogos o los abogados desempeñarán un papel fundamental en todo lo relacionado con la seguridad informática, porque sus conocimientos sobre los comportamientos vulnerables de las personas y sus consecuencias se revelan ya fundamentales cuando, como parece, el 90% de los incidentes informáticos se debe a errores humanos. 

Y si las garantías para que todos nos subamos al tren del progreso, pasan por más formación y concienciación, entonces sociólogos, políticos, periodistas y profesores suben puntos en su valor de mercado.

No queremos que nos pase como a  Spot, el perro robot de la policía de Nueva York, sacrificado a las pocas semanas de nacer… por aterrorizar a la ciudadanía. Con lo eficiente que seguro que era el pobre bicho y lo contento que debía estar el equipo que lo desarrolló. Y del que siempre me quedará la duda de si entendió las causas del fracaso.

Cuenta con todas las perspectivas

Para situar a las personas en el centro, hay que contar con las perspectivas que las ciencias sociales y humanidades nos aportan.

Por ello, quienes se sientan de ciencias y de letras a la vez, quienes se interesen y se formen en disciplinas de todo tipo, tendrán cada vez mayor protagonismo (y por tanto mayor valor) en la empresa.

Acércate a esa parte del conocimiento que aún se te resiste.  Exponte a cuanto conocimiento tire de tu mente, oblígate a cuestionar perspectivas y sesgos. Hacerlo te ayudará a desarrollar esas habilidades de pensamiento que son necesarias para desafiar las viejas formas de pensar y desarrollar nuevos modelos que podrán ser realidad gracias al desarrollo de la tecnología.

Be fuzzy, my friend!

@vcnocito