¿Por qué nos pesan tanto los lunes? Madrugones aparte, casi todos nos quejamos del curro que tenemos. Pero, en realidad, puntuales injusticias al margen, tenemos un entorno laboral más que aceptable. Así que supongo que es cuestión de encajar las expectativas que tenemos y lo que la realidad nos ofrece. Dicen que nos quejamos buscando en los demás esa confirmación de que, efectivamente, la vida no es justa con nosotros.

Reconozco que, yo misma, que trabajo en una gran empresa que trata razonablemente bien a sus empleados, me quejo con frecuencia. Las quejas puntuales me parecen más que inevitables, tremendamente liberadoras. Pero comienzo a rebelarme contra la queja sistemática. Padecemos de quejitis: Escuchamos en las máquinas de café más protestas infundadas que alegrías. Y si haberlas, haylas, ¿por qué no salen?

Dicen que es inútil tratar de convencer al quejoso, pues sólo conseguiremos que busque otra cosa peor sobre la que justificar su posición. Para mí cada vez está más claro que el cristal con el que vemos la realidad acaba determinando la realidad. Y que si cambiamos la lente, cambiaremos los resultados. Yo me he demostrado que mi felicidad, en el trabajo como en la vida, depende un 10% de mi entorno y un 90% de cómo lo proceso. Que estar bien es un puñetero estado de ánimo.

Incluso cuando tratamos de mejorar, resulta que hemos aprendido a actuar fijando nuestra atención en todo lo negativo, dejando para más tarde o nunca los aspectos positivos de la cuestión. Dicen los expertos que al cerebro le iría mejor si funcionara al revés, tratando en primer lugar de currarnos el fortalecimiento de los positivo y dejando en segundo plano lo que no nos agrada tanto.

Yo me apunto. Me atrae la idea de la psicología positiva de potenciar los estados saludables, como la felicidad, la fuerza de carácter y la sonrisa en lugar de tratar de reparar los estados de infelicidad y descontento.

No me vale ni un día más esta fórmula motivante que nos han querido vender de que si curras duro y bien, te irá bien y, entonces llegarás a la felicidad. Prefiero ser feliz en el camino, llegue a tener éxito o no. Apuesto por intentar elevar hoy mi nivel de participación, de creatividad y de energía. Porque tengo comprobado que todo ello eleva de inmediato mi nivel de felicidad.

¿Qué he descubierto en la psicología positiva? Cosas interesantes como

• Que el modo en que respondes a tus compañeros cuando comparten contigo una buena noticia influye más en tu relación con ellos que tu forma de compartir sus penas.

• Que querer estar bien conlleva resultados más positivos en todas las áreas de la vida, amén de relaciones más satisfactorias. Que la felicidad trae más felicidad.

• Que cuando buscas un aspecto de tu trabajo que te gusta y te centras en él, te sientes realmente bien.

• Que aunque siempre mole que te paguen más, me da más subidón sentirme competente, autónomo y conectado a otros.

• Que cuando valoro lo que tengo, mejora automáticamente mi sensación de felicidad, mi autoestima y mi confianza en lo que vendrá.

• Que cuando doy las gracias a mis compañeros, me siento realmente bien.

De verdad que muchas veces nos quejamos de vicio. Porque no sabemos dejar de funcionar con el hígado para hacerlo con la cabeza. No dedicamos ni un minuto a ver la parte buena de cada situación. Nos quejamos por minucias sin ser conscientes de que somos unos privilegiados, sobre todo cuando nos comparamos con los que ni siquiera pueden trabajar.

Cada queja innecesaria te lleva a dar vueltas en unos círculos donde la satisfacción no es posible. Así que si algo no te gusta, elige. O intentas arreglarlo, o buscas a quien te lo arregle o tomas distancia aceptando la situación sin una sola queja más.

No se trata de ser un fresita a quien todo le parece bien. Se trata de enfocar. De saber afrontar las crisis cuando aparecen, y esto pasa por conocernos. Por aprender dónde están nuestros recursos y nuestros límites y dónde los de los compañeros, también de los jefes, que nos rodean. Y aceptarlos.

Este es el secreto. Y esta es tu elección. Tú decides si recorrer este camino o no. Un aviso: La alegría es contagiosa. Con tu actitud, no sólo cambiará tu nivel de satisfacción con tu tarea sino que, ¡oh sorpresa!, a veces lo hará hasta en los que te rodean.

¡Te animo a que lo pruebes!
@vcnocito