A todos nos ha tocado alguna vez tratar con personas que no son capaces de entender la realidad y que se aferran a sus opiniones sin dar su brazo a torcer a pesar de cualquier evidencia en contra. Jordi Segués, experto en marketing y ventas, explica perfectamente esta situación con esta fábula:

Un burro y un tigre se encontraron en la selva y empezaron a conversar. El Burro comentó: “amigo Tigre, la hierba es azul”. Y el Tigre le respondió: “No amigo, la hierba es verde”. Así estuvieron un buen rato, llegando a mosquearse mucho el uno con el otro, así que decidieron acudir al león, el rey de la selva, para que él decidiera. Una vez llegaron a presencia del León, el Burro empezó a gritar: “Majestad, ¿a qué es cierto que la hierba es azul?”, a lo que el León respondió: “Efectivamente, tienes razón, la hierba es azul”. Envalentonado, el Burro se vino arriba y continuó: “Gracias Majestad. Pues el Tigre no está de acuerdo conmigo, dice que la hierba es verde, lo que me molesta mucho. ¡Castíguele!”. Y el León contestó: “El Tigre será castigado con cinco años de silencio”. El Burro, contento con su victoria, salió corriendo gritando de felicidad. El Tigre aceptó su castigo, pero antes de irse, preguntó al León: “Majestad, ¿por qué me ha castigado, si está claro que la hierba es verde?”. El León respondió: “Ya sé que la hierba es verde”. Y el Tigre repreguntó: “Y entonces majestad, ¿por qué me ha castigado?”. Y el León dijo: “Tu castigo no tiene nada que ver con el color de la hierba, sino porque no consiento que un animal fuerte y valiente como tú pierda el tiempo discutiendo con un burro, y además, venga a molestarme con estos temas sin importancia”.

La moraleja de la historia es que no hay peor pérdida de tiempo que discutir con alguien a quien no le importa la verdad, no está dispuesto a cambiar de opinión y a quien solo le interesa que le den la razón. Muchas personas están ciegas a causa de su ego, o de resentimiento, o por miedo a perder su posición, y solo quieren tener razón, aunque en el fondo sepan que no la tienen. Esto es lo que sucede tantas veces hoy en día en las redes sociales, donde proliferan bulos y discursos llenos de odio, pero sin ningún fundamento. Y en las empresas también sucede, cuando te encuentras con gente que se aferra a sus ideas, estrategias o métodos de trabajo a pesar de que salta a la vista que no están funcionando como deberían.

Hay un peligro en esta moraleja. Si dejas que el burro tenga razón, ¿qué pasará con la verdad? ¿qué pasará cuando haya más burros que tigres? ¿llegará a ser una pérdida de tiempo defender lo razonable y desaparecerá el debate y la discusión sana? ¿Proliferarán líderes como el león, que recurre a soluciones fáciles y con el mínimo riesgo para él con tal de no buscarse problemas y continuar en su puesto?  

La moraleja de la fábula parece ser más bien “o te callas o quien puede fastidiarte te fastidiará, aunque tú tengas razón y el otro no”. Situaciones que se dan en las empresas, donde el que se sale con la suya es el que habla más y más alto en las reuniones. Afortunadamente, no creo que sea lo más habitual, pero a veces sí que ocurre. El león da la razón directamente al burro sin preocuparse de averiguar si a lo mejor, el burro es daltónico, o necesita gafas, o nunca aprendió los colores. Es siempre más sencillo dar la razón a quien más jaleo monta.

Así pues, en el día a día del trabajo cotidiano, creo que hay que elegir bien las batallas en las que vas a pelear, y no desgastarse en trifulcas inútiles de las que no vas a sacar nada, por más que sepas que en realidad tienes razón. Es verdad que no merece la pena perder el tiempo discutiendo con personas que buscan tener la razón en vez de la verdad objetiva. Probablemente no es justo, pero sí creo que es más inteligente. Parece que fue Sócrates quien dijo “cuando la ignorancia grita, la inteligencia calla. Tu paz y tranquilidad valen más”. Pues eso.