El aprendizaje online forma parte de mi día a día. Me resulta esencial para mantenerme actualizada, aunque sé que los cursos por internet aún no gustan a muchos de mis compañeros. En un contexto profesional donde todo cambia tan rápido que ni tiempo da a que existan tutoriales que te lo cuenten, nos toca incorporar el aprendizaje autodidacta a nuestras habilidades profesionales. Y para hacerlo, guste o no, internet es una variable esencial. Así que dejadme que os comparta algunos consejos para coger el gusto a la formación online.

De igual modo que dejamos el gimnasio sin completar el trimestre, los estudios dicen que entre un 40 y un 60% de quienes comienza un curso online, lo acaba dejando sin terminar. Sin embargo, quienes lo finalizan afirman sin dudar que ha valido la pena. En una encuesta de más de 50.000 estudiantes que completaron MOOCs en Coursera, 7 de cada 10 confesaron que hacerlo les había ayudado bien a hacer su trabajo más eficazmente, bien a encontrar un nuevo trabajo o a recibir una promoción.

He sufrido en mis carnes los inconvenientes de la formación solitaria frente del ordenador. Sé por qué lo dejamos. Es un rollo estar ahí solo frente a la pantalla. Y por si fuera poco, siempre hay mil mejores cosas que reclaman nuestra atención. Que si nos entra un mail, que si te ponen una reunión inesperada, que si un marrón urgente…

Pero también sé que no deberíamos hacerlo. Poco a poco, y apenas sin darme cuenta, me he ido anclando en una serie de prácticas que me han resultado cruciales para completar mis cursos online. Y me ha llegado a gustar tanto esta forma de aprender, que ya no concibo hacerlo de otro modo.

Yo he conseguido hacerme con esto del elearning con unas pocas herramientas.

  • Me centro en aprendizajes “relevantes”. Hay más cursos disponibles en internet que estrellas en la bóveda celeste. Muchas veces nos apuntamos a alguno que aterriza en nuestro inbox llevados por un interés vago. Y claro, luego nos come el día a día y nuestras buenas intenciones se van al garete. Pero eso nunca te pasa cuando lo que aprendes tiene relevancia en tu tarea actual o impacto la valoración que tus otros tienen de ti.

¿Cómo asegurar la relevancia de lo que elijo aprender? Hay muchas pistas. La primera es mirar los anuncios de trabajo del sector para ver qué capacidades piden y que tú no tienes. Otra idea es seguir en Linkedin a personas cuya actividad envidias para ver en qué se enfocan y por qué prestaciones son relevantes. Incluso puedes animarte a pedirles recomendación en términos de formación. Muchas veces te dan referencias de cursos o sites donde poder aprender y lo hacen encantados.

  • Trato de «sincronizarme» con otros. La gran ventaja del aprendizaje en internet es que puedes aprender lo que te conviene pero también donde y cuando te conviene. Esto es muy bueno, pero también hay un inconveniente. Estas más solo que la una. Nadie con quien comentar, ni a quien preguntar. Sin una mínima interacción con un tutor o con otros alumnos, aunque ésta sea virtual, todo se hace más difícil. Los expertos en elearning saben que «el sentido del aislamiento» del estudiante online marca diferencias entre el éxito y el fracaso de la experiencia.

Conseguir interacción y tal vez colaboración con otros es crítico. Está demostrado que cuando eliges cursos donde tienes la oportunidad de “charlar” con un tutor o con otros alumnos a través de un foro, se aprende más. Si tengo opciones trato de elegir cursos que dispongan de foro o tutorías, por muy virtuales que estas sean. Ya para nota, es tratar de que otro compi en situación similar a la tuya siga el mismo curso y dedicar algo de tiempo a comentarlo juntos. Ver el punto de vista de otro y compartir dudas me ayuda, no sólo a conseguir acabar el curso, sino a fijar los conceptos aprendidos.

  • Trato de implementar lo aprendido inmediatamente. Poder aplicar de modo casi inmediato lo te has molestado en estudiar es vital para seguir haciéndolo. No sirve de nada pasarte semanas viendo tutoriales de Google Analytics si no tienes capacidad para entrar en el panel de control de ninguna página web para bucear un poco. Y si tardas mucho en hacerlo, para cuando te quieras poner ya nos vas a acordarte de nada.

Así que no te apuntes a ningún curso que no vayas a tener ocasión de aplicar. Y hay mil maneras de hacerlo. No siempre puedes aplicar la mejora aprendida en ese proyecto que te traes entre manos. Yo trato de participar en cuantos proyectos colaborativos y transversales puedo o tratar de crear nuevos mini proyectos que incluyan de un modo u otro lo que estoy aprendiendo.

  • Me marco objetivos. El aprendizaje continuo y autodidacta es una carrera de fondo. Mi marido que corre maratones me dice que no es posible acabar sin un objetivo claro para mantenerte motivado. El retorno de la inversión (en términos de tiempo y dinero gastado) es difícil de medir en el corto plazo.

No hay mejor estímulo para perseverar que poner ilusión en un premio: una nueva forma de enfocar ese documento, la oportunidad de entrar en ese nuevo proyecto o incluso la de cambiar de actividad y hasta de trabajo. Yo siempre tengo en mente el para qué estoy haciendo ese curso. Seguro que cada vez, el objetivo es diferente, pero cuando tienes el hábito de marcarlo, hacerlo supone gasolina emocional suficiente.

Si tuviera que señalar una capacidad imprescindible para ser un profesional valioso en pleno siglo XXI, la learnability o capacidad de aprendizaje autogestionado y autodidacta sería sin duda una de ellas. Creo que el trabajo en voz alta o en red sería la otra. ¿Y no están acaso ambas tremendamente relacionadas?

Te animo a mirar al curso online con otros ojos la próxima vez que la oportunidad de hacer uno pase por la bandeja de entrada de tu email.

@vcnocito